Fimosis
Se cree erróneamente que la fimosis (la estrechez del prepucio, que impide que la piel se deslice fácilmente al descubrir el pene durante la erección) es solo un problema propio de la infancia, cuando la realidad es que lo padecen un gran número de hombres adultos. Como ocurre en la mayoría de los problemas relacionados con la sexualidad, da la sensación de que no comentarlo, no hablar de ello ni con los más íntimos, erradica el problema, cuando lo que en realidad se está ocultando es un malestar muy común al que no hay que temer porque hay remedio: la Circuncisión.
¿Qué es la fimosis?
Existen múltiples factores que pueden ayudar a la aparición de la fimosis, y como suele suceder, son varios los motivos que llevan a padecer una dolencia de esta clase:
La falta de higiene: Es una de las causas más mencionadas como generadora de la fimosis, pero no es la principal causa del problema.
Sufrir diversos episodios de balanitis —infección genital masculina causada por hongos, más habitual en no circuncidados o diabéticos con problemas de obesidad— de liquen escleroso u otras afecciones de la piel del prepucio.
La diabetes, o el aumento de azúcar en la sangre: Uno de los principales factores de la fimosis.
La retracción forzada del prepucio puede provocar pequeños desgarros, la posterior cicratización y la fimosis.
Tras estos datos conviene preguntarse por qué se ha de sufrir en silencio un problema doloroso y común entre hombres, que afecta a las relaciones sexuales y a una vida sana. Hay que vencer el miedo a la circuncisión, una intervención quirúrgica rápida y eficaz. Tras la cicratización, y al cabo de 30 días aproximadamente, la vida sexual vuelve a la normalidad y, en consecuencia, la salud y el ánimo. Habla con los expertos